sábado, 6 de abril de 2013

Texto de La casa de Bernarda Alba

Texto

Influencia lorquiana en la obra de Leonard Cohen

Cuenta Sylvie Simmons en "Soy tu hombre", reciente autobiografía de Leonard Cohen, que el descubrimiento de la obra de Lorca por parte del canadiense supuso poco menos que una iluminación. Fue la fascinación hacia los poemas del granadino la que le llevó a resolver que quería ser escritor. Cuando más años más tarde decidió poner su escritura al servicio de la música, la mezcla de deseo, insatisfacción y melancolía tan característica de los poemas de Lorca impregnaría las canciones de Leonard Cohen.

Ya en 1986, hizo una adaptación del poema "Pequeño vals vienes" bajo el nombre de "Take this waltz" para el disco de tributo al poeta español llamado "Poetas en Nueva York", que más tarde formaría parte de su disco de 1988 "I'm your man". Cuenta Cohen que la adapatación, para la que contó con la ayuda de una amiga hispanohablante, le llevó unas 100 horas de arduo trabajo.

En 1996, Enrique Morente y Lagartija Nick, versionarían la adaptación de Cohen con el texto original de Lorca en su disco Omega, un disco de homenaje a Lorca y al propio Cohen.


domingo, 24 de marzo de 2013

Bodas de sangre,Yerma y La casa de Bernarda Alba




Título

El título de la obra anticipa el contenido de la misma, insinuando y resumiendo el asunto, ya que luego de la boda, efectivamente corrió la sangre. Además, al oír el título, el lector se ve intrigado y atraído por su sensacionalismo.

Tema Central
Resumen
El tema central de la obra es el amor contrariado, ya que toda la obra gira alrededor del triángulo amoroso de Leonardo, la Novia y el Novio.
Cómo se presenta el tema en la obra
El tema se desprende del asunto, planteándose a base del romance de los novios, los intentos de seducción de Leonardo y la subsiguiente huída de la Novia después de la boda.

Temas Secundarios
Muerte - La muerte marca a la Madre, llevándose a su esposo y dos hijos.
Infidelidad - La novia traiciona a su marido al huir con Leonardo.
Honra - La honra del Novio y la Novia se ponen en juego con la huída.
Destino - El destino trágico persigue a los protagonistas.
Naturaleza - La naturaleza forma parte de la historia, ya que influye en los sentimientos.
Como se representan en la obra:
Muerte - La muerte se presenta desde un principio, con los recuerdos de la Madre.
Infidelidad - La Novia y Leonardo son condenados por traicionar a sus parejas.
Honra - La honra se presenta como algo vital, por eso el Novio arriesga su vida por ella.
Destino - El destino es algo inevitable, que siempre se cumple.
Naturaleza - La naturaleza es un factor importante en el desarrollo de los personajes.

Personajes
Clasificación
Novia – protagonista, carácter
Novio – protagonista, carácter
Leonardo Félix – antagonista
Madre – carácter
Padre – simboliza la ambición
Mujer de Leonardo – simboliza la mujer sometida
Suegra de Leonardo – simboliza la suegra entrometida
Niño de Leonardo – silueta
Criada – silueta
Vecina – silueta
Muchachas – tipo (representa la opinión social)
Leñadores – tipo
Anciana –simboliza el destino
Luna –simboliza la traición




Bodas de sangre,Carlos Saura



Yerma

El rol social de la mujer en un pueblo español a principios del siglo XX parece estar condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva la estructura familiar.
La pieza teatral que da cuerpo a este libro, fue escrita por Federico García Lorca en el año 1924 y puesta en escena por primera vez en Madrid bajo la interpretación de Margarita Xirgu.
Su genealogía se intercala entre Bodas de Sangre (1933) y La casa de Bernarda Alba (1936) y comparte con ellas la caracterización del universo de pasiones femeninas inmerso en una sociedad conservadora.
En Yerma los prejuicios sociales toman cuerpo en el personaje femenino que da nombre a la obra y van construyendo la narración a través de sus padecimientos y reflexiones.
Yerma, tiene un único proyecto en el que se entremezclan el deseo personal y el mandato social de ser madre.
Un matrimonio sin deseo ni amor, un marido estéril, la presencia de un antiguo pretendiente, se combinan para desarrollar un argumento teñido de tragedia y sutil crítica a una identidad femenina intrínsecamente ligada al orden social establecido.
Es la obra teatral a la que el mismo García Lorca calificó de poema trágico y en la que desarrolló con mayor amplitud y relieve un tema central: el de la esterilidad y fecundidad.
Yerma, mujer estéril, que lucha desesperadamente con su verdad, cada vez se vuelve más conflictiva y no cede en ello hasta consumarla. El desenlace final, la muerte del marido, es la última defensa de su sueño imposible y una afirmación rotunda de su destino trágico ante la ciega fatalidad.




Video de Yerma



La casa de Bernarda Alba

Tras la muerte de su segundo esposo, Bernarda Alba se recluye e impone un luto riguroso y asfixiante por ocho años, prohibiendo a sus cinco hijas a que salgan a la calle. Cuando Angustias, la primogénita y la única hija del primer marido, hereda una fortuna, atrae a un pretendiente, Pepe el Romano. El joven se compromete con Angustias, pero simultáneamente enamora a Adela, la hermana menor, quien está dispuesta a ser su amante. Durante un encuentro clandestino de los amantes, María Josefa, la madre de Bernarda que mantienen encerrada por su locura, sale con una ovejita en los brazos y canta una canción absurda pero llena de verdades. Cuando Bernarda se entera de la relación entre Adela y Pepe, estalla una fuerte discusión y Bernarda le dispara a Pepe, pero éste se escapa. Tras escuchar el disparo, Adela cree que su amante se haya muerto y se ahorca. Al final de la obra, Bernarda dice que Adela se murió virgen para guardar apariencias, y exige silencio, como en el comienzo de la obra.

Temas:

Represión de la mujer. Es un tema central de la obra. Se hace evidente cuando Adela le dice a la cridada que a los hombres se les perdona todo, y la criada le responde: “Nacer mujer es el mayor castigo”. La mujer es víctima de los convencionalismos sociales y en esta obra Bernarda, a pesar de ser mujer también, defiende los valores patriarcales. Adela representa la rebeldía contra el sistema.
Honra y apariencias. La honra es muy frágil y cualquier desliz, hasta mirar a hombres por la ventana, podría manchar su honra. Para guardar apariencias Bernarda les exige a sus hijas a que digan que Adela se murió virgen y que no lloren, y mantiene encerrada a su madre loca porque se avergüenza de ella.

Libertad. Lorca defiende las decisiones personales frente a las convenciones sociales. Por ser una tirana que no deja que sus hijas salgan de la casa, Bernarda representa estas convenciones. Poncia le critica a Bernarda por tenerlas como si estuvieran en un convento y dice que se van a rebelar por la represión tan severa. Algunos críticos han dicho que la tiranía representada en esta obra anticipa la dictadura de Franco.

Destino trágico. Adela intenta rebelarse contra las normas de la sociedad, pero termina suicidándose.




Video, La casa de Bernarda Alba

sábado, 23 de marzo de 2013

Etapas de su teatro







Etapas:

-Época juvenil, en la que escribe El maleficio de la mariposa,
estrenada en 1920, de espíritu simbolista, en la que se expresa la frustración
amorosa y Mariana Pineda, escrita en 1925 y estrenada dos años después,
con la que revitaliza el drama en verso.

-Obras de carácter popular e infantil:
en esta etapa destacan varias
piezas breves de guiñol, como El retablillo de don Cristóbal (1931).

-Obras de temática amorosa: en ellas Lorca trata uno de los temas
principales de sus obras, la frustración amorosa, aunque aún no poseen rasgos
trágicos como en sus piezas posteriores. Destacan La zapatera prodigiosa,
que retocó varias veces entre 1926 y 1933, Amor de don Perlimplín con
Belisa en su jardín (1933) y Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las
flores (1935).

Comedias imposibles: en este grupo destacan un conjunto de obras
teatrales que se relacionan con su crisis personal y su encuentro con el
Surrealismo, como también sucedía en su obra poética Poeta en Nueva York.
Entre sus piezas dramáticas citaremos El público (1930), en la que subyace la
acusación hacia las personas que muestran su hipocresía e insensibilidad
hacia quienes perseguían un amor imposible en la sociedad de la época, o bien
Así que pasen cinco años (1931), obra de lucha interior y frustración íntima.

-Obras de fuerte contenido trágico: suponen la culminación de su
producción teatral. Escritas entre 1932 y 1936. En ellas se unen lo local y lo
universal y plantean conflictos universales, de ahí su éxito intemporal. Son
Bodas de sangre (1932), basada en un suceso real: la novia que se escapa
con su amante en el día de la boda, en ella se oponen con fuerza el amor y la
muerte, la opresión y la libertad; Yerma (1934), que como indica su título, es la
tragedia de la mujer que no puede tener hijos y en la que también se plantean
temas universales (opresión/libertad, individuo/sociedad); La casa de
Bernarda Alba (1936, estrenada en 1945 en Buenos Aires).

Características del teatro lorquiano






El teatro de don Federico García Lorca
es, con el de Valle-Inclán, el de mayor importancia escrito en castellano en el siglo XX. Su primera trayectoria teatral fue poética: escribió teatro poético, es decir, en verso. Gira en torno a símbolos (la sangre, el cuchillo o la rosa), pero son textos sencillos y ya aparece el conflicto autoridad-libertad.

La segunda trayectoria de Lorca está influida por el movimiento vaguardista surrealista, como El paseo de Buster Keaton o El público. Aquí, el autor trata de temas como el amor, principalmente influido por su condición de homosexual.

Como tercera y última trayectoria teatral, está el ciclo de las tragedias, que tienen en común el protagonista femenino, el tono dramático y la insatisfacción amorosa (muy bien representadaas, por ejemplo, en La casa de Bernarda Alba).

Los símbolos

De acuerdo con su gusto por los elementos tradicionales, Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la muerte aunque, dependiendo del contexto, los matices varían bastante. Son símbolos centrales en Lorca:

-La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte, pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
-El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.
-La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual.
-El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra, portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el erotismo masculino (Lorca era homosexual).
Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.
Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre tragedia.

Características de su obra teatral

Aunque la vida de Lorca fuera afectactada por su viaje a Nueva York, del que regresó en 1931, todas las obras de teatro escritas por él presentan los siguientes rasgos:

-Espectáculo total: muchos contrastes (verso y prosa, cultismos y elementos folclóricos…)
-Acercamiento al populacho
-Libertades condicionadas por ambientes opresivos
-Protagonistas mayoritariamente femeninos (si no en su totalidad) a las que se les impide desarrollar sentimientos como el amor o la maternidad, esenciales en aquella época (y de cierta relevancia en una obra de teatro, ya que le da más interés por ella)
-Lenguaje sencillo y directo, pero con cierta simbología antes mencionada, y numerosas metáforas (inspiradas en la figura de Góngora)

miércoles, 20 de marzo de 2013

Últimos poemas de Lorca



El Diván del Tamarit
(1940) es un libro de poemas de atmósfera o sabor oriental, inspirado en las colecciones de la antigua poesía arábigo-andalusí. El tema central es el del amor sujeto a experiencias frustrantes y amargas; su lenguaje está muy próximo al de Poeta en Nueva York.

Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías
(1935) es una elegía de incontenible dolor y emoción que actúa de homenaje al torero sevillano que tanto apoyó a los poetas de la Generación del 27.

La obra poética de García Lorca se cierra con Seis poemas gallegos y la serie de once poemas amorosos titulada Sonetos del amor oscuro. Lorca siempre ha contado con el respeto y admiración incondicional de los poetas de generaciones posteriores a la Guerra Civil. Considerado un poeta maldito, su influencia se ha dejado sentir entre los poetas españoles del malditismo.
Libros de poesía


Enrique Morente - Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías






Amancio Prada- Sonetos del amor oscuro.






Poemas de "Poeta en Nueva York"



Selecciono algunos poemas:


Los negros
Norma y paraíso de los negros


Odian la sombra del pájaro
sobre el pleamar de la blanca mejilla
y el conflicto de luz y viento
en el salón de la nieve fría.

Odian la flecha sin cuerpo,
el pañuelo exacto de la despedida,
la aguja que mantiene presión y rosa
en el gramíneo rubor de la sonrisa.

Aman el azul desierto,
las vacilantes expresiones bovinas,
la mentirosa luna de los polos.
la danza curva del agua en la orilla.

Con la ciencia del tronco y el rastro
llenan de nervios luminosos la arcilla
y patinan lúbricos por aguas y arenas
gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.

Es por el azul crujiente,
azul sin un gusano ni una huella dormida,
donde los huevos de avestruz quedan eternos
y deambulan intactas las lluvias bailarinas.

Es por el azul sin historia,
azul de una noche sin temor de día,
azul donde el desnudo del viento va quebrando
los camellos sonámbulos de las nubes vacías.

Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles
y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas.





Calles y sueños
Paisaje de la multitud que vomita
Anochecer en Coney Island


La mujer gorda venía delante
arrancando las raíces y mojando el pergamino de los tambores;
la mujer gorda
que vuelve del revés los pulpos agonizantes.
La mujer gorda, enemiga de la luna,
corría por las calles y los pisos deshabitados
y dejaba por los rincones pequeñas calaveras de paloma
y levantaba las furias de los banquetes de los siglos últimos
y llamaba al demonio del pan por las colinas del cielo barrido
y filtraba un ansia de luz en las circulaciones subterráneas.
Son los cementerios, lo sé, son los cementerios
y el dolor de las cocinas enterradas bajo la arena,
son los muertos, los faisanes y las manzanas de otra hora
los que nos empujan en la garganta.

Llegaban los rumores de la selva del vómito
con las mujeres vacías, con niños de cera caliente,
con árboles fermentados y camareros incansables
que sirven platos de sal bajo las arpas de la saliva.
Sin remedio, hijo mío, ¡vomita! No hay remedio.
No es el vómito de los húsares sobre los pechos de la prostituta,
ni el vómito del gato que se tragó una rana por descuido.
Son los muertos que arañan con sus manos de tierra
las puertas de pedernal donde se pudren nublos y postres.

La mujer gorda venía delante
con las gentes de los barcos, de las tabernas y de los jardines.
El vómito agitaba delicadamente sus tambores
entre algunas niñas de sangre
que pedían protección a la luna.
¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Ay de mi!
Esta mirada mía fue mía, pero ya no es mía,
esta mirada que tiembla desnuda por el alcohol
y despide barcos increíbles
por las anémonas de los muelles.
Me defiendo con esta mirada
que mana de las ondas por donde el alba no se atreve,
yo, poeta sin brazos, perdido
entre la multitud que vomita,
sin caballo efusivo que corte
los espesos musgos de mis sienes.
Pero la mujer gorda seguía delante
y la gente buscaba las farmacias
donde el amargo trópico se fija.
Sólo cuando izaron la bandera y llegaron los primeros canes
la ciudad entera se agolpó en las barandillas del embarcadero.
New York, 29 de diciembre de 1929



Calles y sueños
Asesinato
Dos voces de madrugada
en Riverside Drive

¿Cómo fue?
Una grieta en la mejilla.
¡Eso es todo!
Una uña que aprieta el tallo.
Un alfiler que bucea
hasta encontrar las raicillas del grito.
Y el mar deja de moverse.
¿Cómo, cómo fue?
Así
¡Déjame! ¿De esa manera?
Sí.
El corazón salió solo.
¡Ay, ay de mí!



Calles y sueños
Ciudad sin sueño
Nocturno de Brooklyn Bridge

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.




Calles y sueños
La aurora

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.



Poemas del lago Edem Mills

Cielo v
ivo

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol con las criaturas en carne viva.

Pero me iré al primer paisaje
de choques, líquidos y rumores
que trasmina a niño recién nacido
y donde toda superficie es evitada,
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Allí no llega la escarcha de los ojos apagados
ni el mugido del árbol asesinado por la oruga.
Allí todas las formas guardan entrelazadas
una sola expresión frenética de avance.

No puedes avanzar por los enjambres de corolas
porque el aire disuelve tus dientes de azúcar,
ni puedes acariciar la fugaz hoja del helecho
sin sentir el asombro definitivo del marfil.

Allí bajo las raíces y en la médula del aire,
se comprende la verdad de las cosas equivocadas.
El nadador de níquel que acecha la onda más fina
y el rebaño de vacas nocturnas con rojas patitas de mujer.

Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba;
pero me iré al primer paisaje de humedades y latidos
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.

Vuelo fresco de siempre sobre lechos vacíos,
sobre grupos de brisas y barcos encallados.
Tropiezo vacilante por la dura eternidad fija
y amor al fin sin alba. Amor. ¡Amor visible!

Edem Mills, Vermont. 24 de agosto de 1929



Introducción a la muerte

Muerte

A Luis de la Serna

¡Qué esfuerzo!
¡Qué esfuerzo del caballo por ser perro!
¡Qué esfuerzo del perro por ser golondrina!
¡Qué esfuerzo de la golondrina por ser abeja!
¡Qué esfuerzo de la abeja por ser caballo!
Y el caballo,
¡qué flecha aguda exprime de la rosa!,
¡qué rosa gris levanta de su belfo!
Y la rosa,
¡qué rebaño de luces y alaridos
ata en el vivo azúcar de su tronco!
Y el azúcar,
¡qué puñalitos sueña en su vigilia!
y los puñales,
¡qué luna sin establos, qué desnudos!,
piel eterna y rubor, andan buscando
Y yo, por los aleros,
¡qué serafín de llamas busco y soy!
Pero el arco de yeso,
¡qué grande, qué invisible, qué diminuto!,
sin esfuerzo.




Huida de Nueva York

Vals en las ramas

Cayó una hoja
y dos
y tres.
Por la luna nadaba un pez.
El agua duerme una hora
y el mar blanco duerme cien.
La dama
estaba muerta en la rama.
La monja
cantaba dentro de la toronja.
La niña
iba por el pino a la piña.
Y el pino
buscaba la plumilla del trino.
Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas alrededor.
Y yo también
porque cayó una hoja
y dos
y tres.
Y una cabeza de cristal
y un violín de papel
y la nieve podría con el mundo
una a una
dos a dos
y tres a tres.
!Oh, duro marfil de carnes invisibles!
¡Oh, golfo sin hormigas del amanecer
Con el numen de las ramas,
con el ay de las damas,
con el croo de las ranas,
y el geo amarillo de la miel.
Llegará un torso de sombra
coronado de laurel.
Será el cielo para el viento
duro como una pared
y las ramas desgajadas
se irán bailando con él.
Una a una
alrededor de la luna,
dos a dos
alrededor del sol,
y tres a tres
para que los marfiles se duerman bien.




Poeta en Nueva York

POETA EN NUEVA YORK es el título de un poemario escrito por Federico García Lorca entre 1929 y 1930 durante su estancia en la Universidad de Columbia (Nueva York), así como en su siguiente viaje a Cuba, y publicado por primera vez en 1940, cuatro años después de la muerte del poeta.


García Lorca dejó España en 1929 para impartir unas conferencias en Cuba y Nueva York. Aun así, el motivo del viaje fue quizá un pretexto para cambiar de aires y huir del ambiente que le rodeaba y que le oprimía: debido a un fracaso sentimental y al dilema interior que sentía por su sexualidad, Lorca padeció en esa época una profunda depresión. Vivió en Nueva York del 25 de junio de 1929 al 4 de marzo de 1930, partiendo entonces hacia Cuba, donde residió por un espacio de tres meses.1


A Lorca le impactó profundamente la sociedad norteamericana, sintiendo desde el inicio de su estancia una profunda aversión hacia el capitalismo y la industrialización de la sociedad moderna, al tiempo que repudiaba el trato dispensado a la minoría negra. Poeta en Nueva York fue para Lorca un grito de horror, de denuncia contra la injusticia y la discriminación, contra la deshumanización de la sociedad moderna y la alienación del ser humano, al tiempo que reclamaba una nueva dimensión humana donde predominase la libertad y la justicia, el amor y la belleza.2 Es por ello por lo que puede ser considerada una de las obras poéticas más importantes y relevantes de la historia de este arte, dado su trascendentalismo. Una crítica poética en un momento de cambios económicos y sociales de una magnitud única en toda la historia de la humanidad, que convierte esta obra en una profunda reflexión pesimista y hace que sea un nexo de unión entre el modernismo y la nueva era tecnológica.


lunes, 18 de marzo de 2013

Poemas, Romancero Gitano



Selecciono una serie de poemas:


Romance de la luna, luna

A Conchita García Lorca

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.

El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.

Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.




Preciosa y el aire.


A Dámaso Alonso


Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene,
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.

El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.

En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.

Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.

Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.

San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira la niña tocando
una dulce gaita ausente.

Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.

Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.

Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.

¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por dónde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.

Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.

Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.

El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.

Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.







A Rafael Méndez


En la mitad del barranco
las navajas de Albacete,
bellas de sangre contraria,
relucen como los peces.

Una dura luz de naipe
recorta en el agrio verde
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes.

En la copa de un olivo
lloran dos viejas mujeres.
El toro de la reyerta
su sube por la paredes.
Angeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.
Angeles con grandes alas
de navajas de Albacete.

Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente
su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego,
carretera de la muerte.

El juez con guardia civil,
por los olivares viene.
Sangre resbalada gime
muda canción de serpiente.
Señores guardias civiles:
aquí pasó lo de siempre.
Han muerto cuatro romanos
y cinco cartagineses

La tarde loca de higueras
y de rumores calientes
cae desmayada en los muslos
heridos de los jinetes.
Y ángeles negros volaban
por el aire del poniente.
Angeles de largas trenzas
y corazones de aceite.



Romance sonámbulo.


A Gloria Giner y Fernando de los Ríos


Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando
desde los puertos de Cabra.

Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.

Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿ No veis la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?

Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.

Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡Dejadme subir!, dejadme
hasta las altas barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.

¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?

¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe,
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.




Romance de la pena negra


A José Navarro Pardo


Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.

Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.

Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?

Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.

Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.

No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.

¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.

¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!

Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!



Muerto de amor


A Margarita Manso

¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores?

Cierra la puerta, hijo mío;
acaban de dar las once.

En mis ojos, sin querer,
relumbraban cuatro faroles.

Será que la gente aquella
estará fraguando el cobre.


Ajo de agónica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.

La noche llama temblando
al cristal de los balcones,
perseguida por los mil
perros que no la conocen,
y un olor de vino y ámbar
viene de los corredores.


Brisas de caña mojada
y rumor de viejas voces
resonaban por el arco
roto de la medianoche.

Bueyes y rosas dormían.
Sólo por los corredores
las cuatro luces clamaban
con el furor de San Jorge.

Tristes mujeres del valle
bajaban su sangre de hombre,
tranquila de flor cortada
y amarga de muslo joven.

Viejas mujeres del río
lloraban al pie del monte
un minuto intransitable
de cabelleras y nombres.

Fachadas de cal ponían
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.

Madre, cuando yo me muera,
que se enteren los señores.
Pon telegramas azules
que vayan del Sur al Norte.

Siete gritos, siete sangres,
siete adormideras dobles
quebraron opacas lunas
en los oscuros salones.

Lleno de manos cortadas
y coronitas de flores,
el mar de los juramentos
resonaba no sé dónde.

Y el cielo daba portazos
al brusco rumor del bosque,
mientras clamaban las luces
en los altos corredores.



Burla de Don Pedro a caballo
(Romance con lagunas)

A Jean Cassou.


Por una vereda
venía Don Pedro.
¡Ay cómo lloraba
el caballero!
Montado en un ágil
caballo sin freno,
venía en la busca
del pan y del beso.
Todas las ventanas
preguntan al viento,
por el llanto oscuro
del caballero.

Primera laguna

Bajo el agua
siguen las palabras.
Sobre el agua
una luna redonda
se baña,
dando envidia a la otra
¡tan alta!
En la orilla,
un niño,
ve las lunas y dice:
¡Noche; toca los platillos!

Sigue

A una ciudad lejana
ha llegado Don Pedro.
Una ciudad de oro
entre un bosque de cedros.
¿Es Belén? Por el aire
yerbaluisa y romero.
Brillan las azoteas
y las nubes. Don Pedro
pasa por arcos rotos.
Dos mujeres y un viejo
con velones de plata
le salen al encuentro.
Los chopos dicen: No.
Y el ruiseñor: Veremos.

Segunda laguna

Bajo el agua
siguen las palabras.
Sobre el peinado del agua
un círculo de pájaros y llamas.
Y por los cañaverales,
testigos que conocen lo que falta.
Sueño concreto y sin norte
de madera de guitarra.

Sigue

Por el camino llano
dos mujeres y un viejo
con velones de plata
van al cementerio.
Entre los azafranes
han encontrado muerto
el sombrío caballo
de Don Pedro.
Voz secreta de tarde
balaba por el cielo.
Unicornio de ausencia
rompe en cristal su cuerno.
La gran ciudad lejana
está ardiendo
y un hombre va llorando
tierras adentro.
Al Norte hay una estrella.
Al Sur un marinero.

Última laguna

Bajo el agua
están las palabras.
Limo de voces perdidas.
Sobre la flor enfriada,
está Don Pedro olvidado,
¡ay!, jugando con las ranas









Romancero Gitano

EL ROMANCERO GITANO de Federico García Lorca apareció en julio de 1928 y alcanzó hasta siete ediciones en vida del autor. Su publicación puso fin a un proceso de escritura llevado a cabo, sustancialmente, entre 1924 y 1927. El título correcto del libro, que se mantuvo en portada y en las primeras páginas de las ediciones primitivas, fue ‘Primer Romancero Gitano’. La presencia del ordinal no debe entenderse como una implícita promesa de un segundo libro o, mucho menos, de una serie dedicada al tema. Obviamente debemos conceder a ese ‘primer’ un valor ponderativo de la originalidad del tema, con voluntad de llamar la atención sobre el mérito de poetizar el tema gitano por ‘primera vez’. ‘Romancero Gitano’ es el tercer libro de poemas publicado por Federico García Lorca Nos encontramos, en principio, ante una obra estructurada en dos bloques desiguales, con personalidad propia cada uno de ellos, dentro de una gran homogeneidad del libro como conjunto. El bloque primero, el más extenso y, sin duda, el principal, va desde el romance primero al decimoquinto. Contiene la personal visión de Lorca del mundo gitano o, con más propiedad, su personal invención de un mundo gitano que es autónomo, inconfundible, no identificable ni homologable con ninguna realidad existente. Un mundo que el poeta comienza a crear en el romance primero, cuando ve la luna acercarse a la fragua para llevarse consigo una incipiente vida gitana y que destruye en el decimoquinto, cuando los gitanos, embebidos en el trabajo que se les adjudicó en el romance primero (los gitanos en sus fraguas / forjaban soles y flechas), son brutalmente sorprendidos, saqueados, quemados y asesinados bajo idéntica presidencia luminosa de la luna. Una luna que en el romance primero era una luna llena (polisón de nardos), y que finalmente es una luna menguante y como ajena o despreocupada de la peripecia humana: la media luna soñaba / un éxtasis de cigüeña. Un mundo que se abrió entre nardos embriagadores y se cierra con siemprevivas, lorquiana flor de la muerte.

El bloque segundo, breve y sugerente, está compuesto por tres poemas históricos: romances decimosexto, decimoséptimo y decimoctavo, que sirven al poeta para dar, en pinceladas sueltas, su versión agitanada de unos cuadros histórico-legendario En ‘Romancero Gitano’ Lorca mezcla sabiamente rasgos de raíz clásica con elementos vanguardistas. Por un lado, recoge la tradición de los romanceros españoles, comenzando sus poemas ‘in media res’ y dejando un final abierto o inacabado en muchas ocasiones, haciendo uso del narrador para sus descripciones y dando voz a los personajes, con diálogos de estilo directo que no están introducidos por verba dicendi. En esta misma dirección hacia lo clásico debemos destacar las múltiples anáforas, repeticiones y formas paralelísticas que inundan todo el poemario, así como el tema y las maneras, muy populares o tradicionales, al igual que la simbología: el caballo como paradigma de la pasión, la luna (que aparece 218 veces) como alegoría de la muerte o el uso de la flora, como las rosas o las siemprevivas como símbolos de la sangre y la muerte, respectivamente. En cuanto a lo vanguardista, destaca sobre todo su sin par uso de la metáfora como base de la imagen, elemento principal de todos los poemas. Todo ello da como resultado un romancero del siglo XX, uniendo los romances tradicionales y del Siglo de Oro (sobre todo de su admirado Góngora) con las rompedoras vanguardias de comienzos de siglo.

En ‘Romancero Gitano’ Lorca mezcla sabiamente rasgos de raíz clásica con elementos vanguardistas. Por un lado, recoge la tradición de los romanceros españoles, comenzando sus poemas ‘in media res’ y dejando un final abierto o inacabado en muchas ocasiones, haciendo uso del narrador para sus descripciones y dando voz a los personajes, con diálogos de estilo directo que no están introducidos por verba dicendi. En esta misma dirección hacia lo clásico debemos destacar las múltiples anáforas, repeticiones y formas paralelísticas que inundan todo el poemario, así como el tema y las maneras, muy populares o tradicionales, al igual que la simbología: el caballo como paradigma de la pasión, la luna (que aparece 218 veces) como alegoría de la muerte o el uso de la flora, como las rosas o las siemprevivas como símbolos de la sangre y la muerte, respectivamente. En cuanto a lo vanguardista, destaca sobre todo su sin par uso de la metáfora como base de la imagen, elemento principal de todos los poemas. Todo ello da como resultado un romancero del siglo XX, uniendo los romances tradicionales y del Siglo de Oro (sobre todo de su admirado Góngora) con las rompedoras vanguardias de comienzos de siglo.

En ‘Romancero Gitano’ Lorca mezcla sabiamente rasgos de raíz clásica con elementos vanguardistas. Por un lado, recoge la tradición de los romanceros españoles, comenzando sus poemas ‘in media res’ y dejando un final abierto o inacabado en muchas ocasiones, haciendo uso del narrador para sus descripciones y dando voz a los personajes, con diálogos de estilo directo que no están introducidos por verba dicendi. En esta misma dirección hacia lo clásico debemos destacar las múltiples anáforas, repeticiones y formas paralelísticas que inundan todo el poemario, así como el tema y las maneras, muy populares o tradicionales, al igual que la simbología: el caballo como paradigma de la pasión, la luna (que aparece 218 veces) como alegoría de la muerte o el uso de la flora, como las rosas o las siemprevivas como símbolos de la sangre y la muerte, respectivamente. En cuanto a lo vanguardista, destaca sobre todo su sin par uso de la metáfora como base de la imagen, elemento principal de todos los poemas. Todo ello da como resultado un romancero del siglo XX, uniendo los romances tradicionales y del Siglo de Oro (sobre todo de su admirado Góngora) con las rompedoras vanguardias de comienzos de siglo.

domingo, 17 de marzo de 2013

Primeros libros

LOS PRIMEROS LIBROS. En 1921 Lorca publica el Libro de poemas. Su estilo está formándose. La temática es variada, pero domina ya un hondo malestar: así, cuando evoca con nostagia su infancia (“paraíso perdido”) o cuando habla con dolor de su corazón “roído de culebras”. Son testimonios de una tremenda crisis juvenil (relacionada probablemente con su homosexualidad). Compone después, paralelamente, tres libros: Poema del Cante Jondo, Canciones y Suites. Hay en ellos “poesía pura”, juegos, ecos vanguardistas…, pero también nostalgias y temas trágicos. Y, sobre todo en el primero, la intensa presencia de la “Andalucía del llanto”: Lorca expresa su dolor de vivir a través del dolor que rezuman esos cantes “hondos” de su tierra.

¿Quién es Federico García Lorca?

Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 - Víznar, 19 de agosto de 1936). Poeta y dramaturgo español En 1915 comienza a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Forma parte de El Rinconcillo, centro de reunión de los artistas granadinos donde conoce a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realiza una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, conociendo a Antonio Machado. En 1919 se traslada a Madrid y se instala en la Residencia de Estudiantes, coincidiendo con numerosos literatos e intelectuales. Junto a un grupo de intelectuales granadinos funda en 1928 la revista Gallo, de la que sólo salen 2 ejemplares. En 1929 viaja a Nueva York y a Cuba. Dos años después funda el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo, y en 1936 vuelve a Granada donde es detenido y fusilado por sus ideas liberales. Escribe tanto poesía como teatro, si bien en los últimos años se volcó más en este último, participando no sólo en su creación sino también en la escenificación y el montaje. En sus primeros libros de poesía se muestra más bien modernista, siguiendo la estela de Antonio Machado, Rubén Darío y Salvador Rueda. En una segunda etapa aúna el Modernismo con la Vanguardia, partiendo de una base tradicional. En cuanto a su labor teatral, Lorca emplea rasgos líricos, míticos y simbólicos, y recurre tanto a la canción popular como a la desmesura calderoniana o al teatro de títeres. En su teatro lo visual es tan importante como lo lingüístico, y predomina siempre el dramatismo. En la actualidad Federico García Lorca es el poeta español más leído de todos los tiempos.