lunes, 18 de marzo de 2013

Romancero Gitano

EL ROMANCERO GITANO de Federico García Lorca apareció en julio de 1928 y alcanzó hasta siete ediciones en vida del autor. Su publicación puso fin a un proceso de escritura llevado a cabo, sustancialmente, entre 1924 y 1927. El título correcto del libro, que se mantuvo en portada y en las primeras páginas de las ediciones primitivas, fue ‘Primer Romancero Gitano’. La presencia del ordinal no debe entenderse como una implícita promesa de un segundo libro o, mucho menos, de una serie dedicada al tema. Obviamente debemos conceder a ese ‘primer’ un valor ponderativo de la originalidad del tema, con voluntad de llamar la atención sobre el mérito de poetizar el tema gitano por ‘primera vez’. ‘Romancero Gitano’ es el tercer libro de poemas publicado por Federico García Lorca Nos encontramos, en principio, ante una obra estructurada en dos bloques desiguales, con personalidad propia cada uno de ellos, dentro de una gran homogeneidad del libro como conjunto. El bloque primero, el más extenso y, sin duda, el principal, va desde el romance primero al decimoquinto. Contiene la personal visión de Lorca del mundo gitano o, con más propiedad, su personal invención de un mundo gitano que es autónomo, inconfundible, no identificable ni homologable con ninguna realidad existente. Un mundo que el poeta comienza a crear en el romance primero, cuando ve la luna acercarse a la fragua para llevarse consigo una incipiente vida gitana y que destruye en el decimoquinto, cuando los gitanos, embebidos en el trabajo que se les adjudicó en el romance primero (los gitanos en sus fraguas / forjaban soles y flechas), son brutalmente sorprendidos, saqueados, quemados y asesinados bajo idéntica presidencia luminosa de la luna. Una luna que en el romance primero era una luna llena (polisón de nardos), y que finalmente es una luna menguante y como ajena o despreocupada de la peripecia humana: la media luna soñaba / un éxtasis de cigüeña. Un mundo que se abrió entre nardos embriagadores y se cierra con siemprevivas, lorquiana flor de la muerte.

El bloque segundo, breve y sugerente, está compuesto por tres poemas históricos: romances decimosexto, decimoséptimo y decimoctavo, que sirven al poeta para dar, en pinceladas sueltas, su versión agitanada de unos cuadros histórico-legendario En ‘Romancero Gitano’ Lorca mezcla sabiamente rasgos de raíz clásica con elementos vanguardistas. Por un lado, recoge la tradición de los romanceros españoles, comenzando sus poemas ‘in media res’ y dejando un final abierto o inacabado en muchas ocasiones, haciendo uso del narrador para sus descripciones y dando voz a los personajes, con diálogos de estilo directo que no están introducidos por verba dicendi. En esta misma dirección hacia lo clásico debemos destacar las múltiples anáforas, repeticiones y formas paralelísticas que inundan todo el poemario, así como el tema y las maneras, muy populares o tradicionales, al igual que la simbología: el caballo como paradigma de la pasión, la luna (que aparece 218 veces) como alegoría de la muerte o el uso de la flora, como las rosas o las siemprevivas como símbolos de la sangre y la muerte, respectivamente. En cuanto a lo vanguardista, destaca sobre todo su sin par uso de la metáfora como base de la imagen, elemento principal de todos los poemas. Todo ello da como resultado un romancero del siglo XX, uniendo los romances tradicionales y del Siglo de Oro (sobre todo de su admirado Góngora) con las rompedoras vanguardias de comienzos de siglo.

En ‘Romancero Gitano’ Lorca mezcla sabiamente rasgos de raíz clásica con elementos vanguardistas. Por un lado, recoge la tradición de los romanceros españoles, comenzando sus poemas ‘in media res’ y dejando un final abierto o inacabado en muchas ocasiones, haciendo uso del narrador para sus descripciones y dando voz a los personajes, con diálogos de estilo directo que no están introducidos por verba dicendi. En esta misma dirección hacia lo clásico debemos destacar las múltiples anáforas, repeticiones y formas paralelísticas que inundan todo el poemario, así como el tema y las maneras, muy populares o tradicionales, al igual que la simbología: el caballo como paradigma de la pasión, la luna (que aparece 218 veces) como alegoría de la muerte o el uso de la flora, como las rosas o las siemprevivas como símbolos de la sangre y la muerte, respectivamente. En cuanto a lo vanguardista, destaca sobre todo su sin par uso de la metáfora como base de la imagen, elemento principal de todos los poemas. Todo ello da como resultado un romancero del siglo XX, uniendo los romances tradicionales y del Siglo de Oro (sobre todo de su admirado Góngora) con las rompedoras vanguardias de comienzos de siglo.

En ‘Romancero Gitano’ Lorca mezcla sabiamente rasgos de raíz clásica con elementos vanguardistas. Por un lado, recoge la tradición de los romanceros españoles, comenzando sus poemas ‘in media res’ y dejando un final abierto o inacabado en muchas ocasiones, haciendo uso del narrador para sus descripciones y dando voz a los personajes, con diálogos de estilo directo que no están introducidos por verba dicendi. En esta misma dirección hacia lo clásico debemos destacar las múltiples anáforas, repeticiones y formas paralelísticas que inundan todo el poemario, así como el tema y las maneras, muy populares o tradicionales, al igual que la simbología: el caballo como paradigma de la pasión, la luna (que aparece 218 veces) como alegoría de la muerte o el uso de la flora, como las rosas o las siemprevivas como símbolos de la sangre y la muerte, respectivamente. En cuanto a lo vanguardista, destaca sobre todo su sin par uso de la metáfora como base de la imagen, elemento principal de todos los poemas. Todo ello da como resultado un romancero del siglo XX, uniendo los romances tradicionales y del Siglo de Oro (sobre todo de su admirado Góngora) con las rompedoras vanguardias de comienzos de siglo.

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